Si estuvieras aquí,
mis manos no estarían frías.
serían más cálidas,
como ponche con frutilla.
Las luces me repiten tu nombre,
es una oración sin conversación.
si estuvieras aquí,
ellas brillarían más,
contándome historias sobre ti.
Si estuvieras aquí,
a mi árbol no le faltarían esferas,
decorarías junto a mí los espacios necesarios,
de mi corazón vacío,
relleno de luces por compromiso.
La mesa tendría más espacio para risas,
tus aventuras avivarían el fuego de un amor en plena ruptura.
los regalos se volverían abrazos,
y cada villancico llevaría tu voz como estribillo.
Pero no estás aquí,
otro año más se va sin ti.
me empiezan a faltar los sueños para recordar
la última vez que te vi.
pero aunque no estés junto a mí,
el tintineo de las campanas intenta sacar una sonrisa de mí,
las luces se mueven al compás de las canciones de Navidad,
y sé que tu abrazo rodea aún cada parte de mí.
recuerdo la esperanza de estas fechas,
pero al mismo tiempo,
sigo pensando que esto es
un año más sin tu querer.
¿hasta cuándo nos volveremos a ver?
el frío empieza a congelar el año entero,
que aún no viene por cierto,
pero siento que será igual de eterno,
si no apareces a protegerme del frío invierno.
Si estuvieras aquí, me ayudarías a adornar, de eso no hay duda. Me alzarías en tus brazos para acomodar la corona en la puerta de mi casa, mientras mi mamá nos advertiría que tuviéramos cuidado.
No te asustarías cuando, en la cena familiar, mi familia empezara a pelear. En su lugar, me abrazarías y me harías cosquillas mientras el ambiente ruidoso nos rodea.
Bromearías con mis primos y quizá te avergonzarías cuando mis tíos te hagan sentir incómodo por ser mi novio. Hablarías sobre tecnología con mi hermano mientras cargas a mi sobrino en brazos.
Le contarías a mi mamá la receta secreta de la tuya y luego la ayudarías a recoger los platos mientras yo los lavo.
Al final de la velada, estarías cargando al niño Dios bajo las luces que yo encendería, y en voz baja te explicaría por qué se hace esto. Dirías que es algo muy nuevo, pero que te gusta. Que te gusta estar aquí conmigo.
Te quedarías a dormir. Compraríamos pijamas iguales, que luego confundiríamos. Me abrigarías bien antes de salir a la fogata y después me arroparías en la cama. Me abrazarías y me dirías que todas mis preocupaciones se irán, asegurándome que estaré bien, que estoy a salvo ahí, junto a ti.
Escucharíamos música a volumen bajo mientras acaricias mi cabello. Escondiendo mi cabeza en tu cuello, sabría que estoy en el lugar correcto.
Navidad estaría completa, lo sabría mientras me besas. Me besas y enredas tus dedos entre los mechones de mi pelo, para luego hacerme sentir la más afortunada de tenerte como regalo.
Navidad no sería la misma contigo aquí. Pero no estás junto a mí. Otro año más sin ti, y me siento más muerta que ayer. Ya no es solo un “querer”; se ha vuelto una necesidad el tenerte aquí. Rezo, quizá el próximo año esté contigo y estemos así.
Este año, me conformo con esa imagen dentro de mi cabeza, que, quién sabe, quizá sea una predicción de lo que puede ser aún, si no me rindo en este mundo aburrido.
Con cariño y siempre tuya.